Competencia Digital Docente- COFOTAP

(También ser libres de acoso publicitario y de obsolescencia programada).

Abro Foro pues pienso que este es un tema por debatir. En nuestro centro apostamos por reducir al máximo la presencia de dispositivos digitales.
Y así lo hemos añadido al Plan Digital de Centro.
Esbozo el inicio y las conclusiones del documento elaborado y adjunto el documento completo, con todas las referencias pertinentes, gracias a las cuales hemos llegado a dichas conclusiones.
Y por supuesto si alguien quiere usar estos datos o referencias es muy libre de hacerlo.

Preámbulo

Fomentar y buscar una verdadera educación digital, necesariamente ha de pasar por el

autocontrol. Para ello son necesarios al menos 3 ingredientes, pensamiento crítico, empatía y
autoestima. Una buena combinación hará que el proceso madurativo de cualquier persona, sea
positivo y nos convierta en parte de una sociedad justa, equilibrada y democrática.

Debemos buscarlo e incentivarlo en todos los sentidos y ámbitos, empezando por el social,

la comunidad educativa, el profesorado y el alumnado. Sobre todo con este último, no solo por ser
nuestros educandos, si no porque es la parte más frágil en la cadena social. También deberemos
actuar en similares términos con nosotros mismos y con el resto de la comunidad educativa, el
proceso madurativo siempre está en continua evolución.

Desde tiempos inmemoriales, si de algo ha sido consciente la humanidad, es que la energía

sin control sirve de poco e incluso es tremendamente destructivo no tenerla bajo control.
Recordemos, la humanidad no progresó por conocer el fuego, el vapor o la electricidad, progresó el
día que los supo poner bajo control. Los medios de transporte sin normas de tráfico, serían un
caos que impediría la convivencia, etc.

Los dispositivos digitales con sus pantallas adictivas han llegado a implantarse sin ningún

tipo de control, precisamente porque ese es uno de los problemas de las adicciones1, que no
tienen freno y que cada día se quiere más. Las tecnologías digitales, podrían ser positivas, podrían
suponer un gran avance social, como nunca antes la humanidad haya vivido.

Pero a día de hoy su expansión se ha basado en una gran parte, en fomentar la

obsolescencia, la desactualización continua, un consumismo voraz, y todo ello simple y
llanamente apoyado en la adicción2 . Adicción generada por el simple hecho de estar viendo y
oyendo una pantalla en la palma de la mano, un hecho que no deja de activar los canales de la
dopamina3 de nuestro cerebro.

Y para no dejar lugar a dudas, los pocos estudios científicos serios realizados4 sobre si el

uso de dispositivos digitales en el aula suponen un progreso educativo o no, muestran con claridad
que sólo en los casos en los que habitualmente se usa un único dispositivo dirigido y controlado
por el profesorado, consiguen un avance significativamente diferente respecto a no usarlo.

Que los experimentos educativos llamados 1x1 (1 dispositivo por cada educando) no sólo se

muestran sin avance significativo, si no que incluso llegan a mostrar hasta 1 año de retraso
curricular, fomentado por las “distracciones colaterales”. Añadiendo que provoca falta de control
en la psicomotricidad fina, en el análisis de la información5 donde extraer ideas fundamentales, …
etc

Ni tan siquiera en el alumnado adulto universitario, con otra madurez y otros objetivos más

autodefinidos, es capaz de mejorar resultados si se le deja usar un dispositivo en el aula. Más bien
al contrario, otra vez los únicos estudios serios que hay sobre ello demuestran que el rendimiento
baja, incluso entre los compañeros que no llevan a clase dispositivos, pero tienen cerca uno6.

Si, cada vez se hace más evidente, y por eso no nos gusta “_... aunque no sepamos qué

aprenderemos en el futuro, tenemos que enfrentarnos a lo que sabemos hoy por hoy: que lo más sensato es
cerrar los portátiles y prestar atención._”7
... ...
Debemos generar espacios libres de dispositivos y cuanto antes.

Dicha propuesta, no debe confundirse con un negacionismo de las nuevas tecnologías, si no

todo lo contrario. Hacer un uso racional y equilibrado, con normas propias de lo que supone poner
bajo control una adicción, es lo único que podrá llevar a tener una educación y una formación
digital, que suponga un progreso.
- Aulas con un solo dispositivo, controlado y dirigido, salvo momentos puntuales o de
asignaturas con una clara base digital como Informática o Tecnología.
- En todo caso siempre con dispositivos que el profesorado pueda tener bajo control.
- Que el profesorado NO usemos nunca el móvil delante del alumnado, tenemos espacios
privados más que suficientes para lo que necesitemos, como departamentos y sala de
profesorado, pero no en el pasillo, ni en el hall.
- Recreos proactivos y socializadores.
- Que éstos recreos sean horas lectivas para el profesorado que prepare y lleve a cabo
actividades participativas y socializantes, donde no intervengan los dispositivos.

Estos puntos debemos sentirlos como una verdadera inversión a futuro, por el bien de las

próximas generaciones.

Entendemos que las proposiciones de buscar y encontrar tiempos y espacios libres de

dispositivos, así como limitar el uso de los mismos a lo mínimo indispensable, con control
razonable y evitando todo tipo de distracciones colaterales no deseables, deberían ser nuestras
máximas educativas digitales.
Todas estas conclusiones también tienen el aval científico desde el ámbito de la psiquiatría.

Neuropsicólogo especialista en educación infantil, ya recomienda que bajo ningún concepto

se “entreguen” dispositivos a menores de 6 años15.

Otros especialistas16 sitúan en 16 la edad mínima en la que debería dejarse tener móvil. De

hecho esa es la apuesta en la que un sector de los “gurús” de la informática mundial en Silicon
Valley tienen a sus hijos17, donde incluso las niñeras por contrato no pueden hacer uso de ningún
dispositivo delante de los menores.